Una investigación sin precedentes realizada por el estudiante de Maestría en Historia Julián Andrés Montañez Torres determinó cómo llegó el sistema del telégrafo o telegráfico a Colombia, así como su impacto durante el siglo XIX.
Son muchas las investigaciones que se han hecho sobre el telégrafo, tecnología caduca actualmente en la mayoría de los países, que en su momento transformó la dinámica mundial decimonónica.
No obstante, en Colombia los conocimientos sobre la importancia de esta tecnología eran muy escasos, aunque de alto interés para la Historia de las Tecnologías.
Según explica el candidato a Magíster, en su tesis meritoria y titulada “La introducción del servicio telegráfico en Colombia, 1865-1886”, el país buscó el sistema desde la década de 1840 –cuando se desplegó en el mundo, principalmente en América del Norte y Europa– pero no lo consiguió hasta 1865, por problemáticas políticas y escases de recursos.
En 1865 la administración del presidente Manuel Murillo Toro importó el telégrafo al país, para lo cual contrató a un grupo de estadounidenses que desarrolló el sistema en tierras colombianas. “La primera línea telegráfica –fuera de la existente en Panamá– fue de Bogotá a Funza”, puntualiza el investigador.
Agrega que a partir de esta línea, el sistema se desplegó en el Valle del Magdalena, cruzó los Andes y llegó al Cauca, para expandirse por el territorio nacional. Para 1886 –año que culmina la periodización planteada por el investigador–, Colombia ha conseguido conectar los centros regionales andinos con las costas y las fronteras con Venezuela y Ecuador.
Impactos económico, político, social y cultural
La introducción del servicio de Telegrafo generó implicaciones relevantes en los ámbitos económico, político, social y cultural, lo que constituye transformaciones en una Colombia en proceso de consolidación como Nación.
En el ámbito económico, por ejemplo, el investigador señala que la economía del país requería del sistema telegráfico por su vocación exportadora del momento. Entonces, los principales interesados en el sistema eran agro exportadores de materias primas y comerciantes de productos de importación o de los bienes de consumo de la época. “Hay una confluencia de intereses económicos que benefician la tecnología” subraya.
En el caso de la política, el sistema ayudó al establecimiento del Estado Nacional del momento (reducido y pequeño) para controlar el territorio y fortalecer las comunicaciones con unidades administrativas, centros de poder y económicos, lo que redundaba en una democracia más eficiente.
En materia cultural, la alta sociedad colombiana en conjunto poseía ideales de modernidad, desarrollo y progreso que provenían de Europa. En este sentido, el telégrafo era una materialización de esos ideales, por lo que el sistema constituía un “avance” a través del cual el país, que para el momento construía su identidad, lograría estar a la par de otros “modernos, desarrollados y progresistas”.
“Se trata de la idea de que el progreso se da en nuestras tierras y que el desarrollo del telégrafo nos permitía estar a la vanguardia del mundo”, complementó el investigador.
Señaló que así, la innovación de las comunicaciones (forjada por el sistema telegráfico) generó fuertes impactos para la sociedad colombiana, lo cual se refleja en este relevante estudio para la historiografía nacional.
Agencia de Noticias UN